Foto: Casa del Periodista |
*La dirigente de comerciantes de la Costera relata que llevan 10 años buscando que el gobierno implemente medidas preventivas entre la población ante la posibilidad de que suceda un fenómeno de esta naturaleza *No se trata de espantar a nadie, sino de estar preparados *Japoneses están estudiando aquí este tipo de fenómenos pero nos ocultan la información, dice
Por José de la Paz Pérez
¿Alguien sabe qué hacer en caso de que se presente en Acapulco un Tsunami?, ¿estamos siquiera conscientes de que pueda ocurrir? Para ambas respuestas la respuesta parece ser que no.
Si en Guerrero se registran sismos de manera muy constante y aun así la población ignora sobre lo que debe hacer antes, durante y después de un movimiento telúrico, entonces en el caso de tsunamis estamos totalmente en penumbras.
En Acapulco, tras el paso del Huracán Paulina, en octubre de 1997, se comenzó a hablar aquí sobre el tema de la protección civil; 22 años después los esfuerzos gubernamentales para crear esa conciencia han sido esporádicos, con poca decisión, y por lo tanto han dado muy pocos resultados.
El tema de los tsunamis no existe en la agenda pública de los tres órdenes de gobierno. Esto quedó claro durante la charla sostenida con Laura Caballero Rodríguez, presidenta de la Asociación de Comerciantes Establecidos de la Costera, quien lamentó que en ciudades como Acapulco no exista un solo letrero sobre qué hacer en caso de la llegada de un fenómeno de esta naturaleza.
Aunque a la fecha no se haya presentado este tipo de incidentes, Laura Caballero recordó que un sismo de más de 7.5 grados puede abrir la posibilidad de un tsunami, por lo que “después de ese sismo tenemos 15 minutos o incluso más para salvar nuestras vidas” por si así sucediera.
No obstante lo anterior, desde hace más de 10 años que esta asociación ha estado buscando que se haga algo para prevenir estos fenómenos a lo largo de toda la costa de Guerrero, no ha habido eco de ninguna autoridad. El actual gobernador, Héctor Astudillo, manifestó interés en el tema aunque no ha habido acciones concretas, aclaró Caballero Rodríguez.
La dirigente empresarial acudió al programa de TV por internet “Por fin es viernes”, que conduce el periodista José de la Paz Pérez, en donde manifestó que han tenido acercamientos con ex gobernadores e incluso presidentes de México, sin resultado alguno.
“Ahorita entregamos un documento al presidente, Andrés Manuel López Obrador, y esperamos que tengamos resultados; está pendiente la cita con el licenciado David León Romero, que es el coordinador nacional de Protección Civil, para plantearle lo que hemos venido pidiendo: que a lo largo de las costas de Guerrero se pongan avisos de alerta por Tsunamis”, expresó.
Cuando en Acapulco se presenta el fenómeno de mar de fondo avisan a los bañistas con un megáfono, criticó Laura Caballero y se preguntó: “¿Cómo vas a saber que viene un Tsunami? ¿Cómo vas a prevenir?”.
Insistió en que debe promoverse una cultura de la prevención, lo cual hoy podría ser más fácil a través de las redes sociales, y en general con todas las facilidades que ofrece actualmente la red Internet.
Laura Caballero reflexionó sobre el hecho de que estamos en una zona altamente sísmica; “el 25 por ciento de los sismos en el país se generan en el estado de Guerrero”, y todo esto está enmarcado en el hecho de que existe una brecha sísmica, que se llama la Brecha de Guerrero, y que abarca 230 kilómetros de litoral, desde San Marcos hasta Petatlán.
Como se comenta constantemente, dijo que, en efecto, se espera un gran sismo en esta zona porque desde hace tiempo no se ha liberado la suficiente energía; pero no se trata de espantar a nadie ni de vivir en el miedo, sino de estar preparados para lo que habrá de venir tarde o temprano, aclaró.
“De 300 sismos que se registraban hace 20 años, ahora son 30 mil durante un año, aunque hay que considerar que ahora tenemos más sensores y con mayor sensibilidad para captar los sismos pequeños, pero los guerrerenses estamos acostumbrados a los sismos, que eso es normal, y por eso dicen los geólogos que debemos estar preparados no para un sismo que va a ocurrir en este momento, sino desde antes de que ocurra”, señaló.
El hecho de que a la fecha no haya ocurrido un tsunami no significa que no vaya a ocurrir, dice, y dio un dato importante: En Zihuatanejo está un grupo de geólogos mexicanos y japoneses estudiando el tema de los tsunamis en Guerrero, y si están aquí es porque algo saben y no nos quieren informar, consideró.
ACCIONES CONCRETAS
La petición de quienes están involucrados en este movimiento no son sólo las alertas, sino que se cambien los antiguos esquemas de Protección Civil; “no podemos seguir con esos esquemas y no pueden ser los mismos para todas las ciudades del país; no son las mismas circunstancias en la Ciudad de México que en el estado de Guerrero”.
También “pedimos la creación en Acapulco del primer centro de prevención de tsunamis, que ya lo ha anunciado el gobierno federal, pero que no lo han hecho realidad”.
Se refirió Caballero Rodríguez al caso de Ciudad de México, en donde han avanzado mucho a la hora de enfrentar sismos “y les funcionan las alertas sísmicas porque la gente cuenta con 50 segundos para desalojar edificios y casas; eso marcó la diferencia entre el sismo de 1985 y el de 2017, que tras sonar las alertas sísmicas hubo oportunidad de salvar muchas vidas en esta ocasión”.
En Acapulco no hay conciencia de los tsunamis, reprochó la entrevistada, y ejemplificó que “el 19 de septiembre hubo un simulacro de sismo con posibilidades de tsunami; me tocó estar en un restaurante y yo pregunté que quién sabía qué hacer si había un tsunami y nadie supo”, claro, porque sobre el tema no se da información alguna.
Y es que las acciones a tomar en caso de un sismo y un tsunami, son diferentes. En el primer caso la gente busca en las partes bajas un lugar seguro, y en el segundo caso se deberían buscar lugares altos.
“Debemos saber a qué nivel del mar está por ejemplo la escuela de tus hijos, tu trabajo, para que tú platiques en familia sobre un punto de reunión en caso de que ocurra un fenómeno de esta naturaleza, para que no estemos como locos hablando por teléfono y congestionando las líneas”, recomendó.
Finalmente reprochó que mientras en Acapulco no hay un solo letrero que muestre rutas de evacuación en caso de un tsunami, en otros países, al llegar los turistas, les muestran las medidas de precaución que existen por si ocurre un fenómeno natural que ponga en riesgo a la población, “y no es para espantarlos, porque no se trata de espantar a nadie sino de tener esa educación”, concluyó.