Agencia ID
Hace 22 años, la edición genética para tener hijos con
características específicas –superiores a las de sus padres- se veía por
primera vez en la pantalla grande, con el estreno de Gattaca, película del
director Andrew Niccol.
Hoy, cada vez estamos más cerca de que sea una realidad más
allá del laboratorio, pues la startup Genomic Prediction, realiza diferentes
mediciones para editar genéticamente embriones de fertilización in vitro (FIV),
para evitar que desarrollen 11 enfermedades comunes como diabetes,
cardiopatías, algunos tipos de cáncer e incluso baja estatura y discapacidad
intelectual. El resultado sería un bebé editado genéticamente… un bebé (como
los de) Gattaca.
La compañía estadounidense ha trabajado en el tema desde hace
dos años para que, en un futuro, los padres puedan elegir los embriones FIV más
saludables. Sin embargo, la prueba que se aplica a los embriones todavía no
está disponible de forma comercial, pues los centros de fertilidad aún no la
ofrecen.
Algunos especialistas en el ramo de la genética se mantienen
escépticos a la efectividad de la prueba para tener bebés más sanos. “Es
irresponsable sugerir que la ciencia ya ha llegado al punto en el que podríamos
predecir de manera fiable qué embrión seleccionar para minimizar el riesgo de
enfermedad”, señaló Graham Coop, genetista de la Universidad de California en Davis.
Algunos inversionistas como Arab Angel, Passport Capital,
People Fund y Open AI han aportado varios millones de euros en capital de
riesgo para apoyar este proyecto, aunque más que vender la innovación en
centros de fertilidad, sus clientes son personas dispersa por todo el mundo.
Para determinar si los embriones tienen anomalías cromosómicas
que puedan derivar en enfermedades, Genomic Prediction puede aprovechar una
prueba embrionaria más común, se trata del diagnóstico de ‘preimplantación’,
que analiza embriones de varios días en busca de esas anomalías y la prueba de
la empresa puede añadirse a ese análisis.
Las
letras pequeñas
Debido a la intervención de varios factores en la formación
de las células que dan lugar al desarrollo humano, las características
genéticas de los padres y otras miles de variables, la empresa no puede
garantizar nada respecto al niño resultante.
Además, para comprobar si la prueba ofrecer mejores
resultados en niños en los que se realizó contra otros que no, pueden pasar
décadas para tener las respuestas. Aunque las agencias federales y estatales de
Estados Unidos supervisan el trabajo del laboratorio, no se ocupan de los
resultados. La empresa se desmarca al decir que no es una prueba de
diagnóstico.
Otro aspecto a considerar es que su uso puede ayudar a
disminuir la incidencia de enfermedades pero el costo de las pruebas y el
proceso no es para cualquiera, pues las inyecciones hormonales, intervenciones
médicas y la evaluación de los embriones puede llegar los 14,400 dólares.
Aunque el camino está puesto para el desarrollo de pruebas
para mejorar la salud de los bebés, el desafío es alcanzar precios asequibles y
superar el debate ético de añadir características más allá de evitar ciertas
enfermedades.
Fuente: tecreview.tc.mx