* Alcaldes y policías están extremadamente emparejados a grupos delincuenciales
Por José Antonio Sánchez
En un Recurso de Impugnación, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dirigió la Recomendación 87/2019 al Gobernador del Estado de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, y al Fiscal General de la entidad, Jorge Zuriel de los Santos Barrila, por la no respuesta de una Recomendación emitida por la Comisión de los Derechos Humanos local, al no investigar adecuadamente casos de tortura y de ejecuciones en este territorio suriano.
Para explicar los alcances de ésta recomendación, es necesario saber, que para nadie es un secreto, la existencia de sectores del Estado de Guerrero (Alcalde y cuerpos policiacos entre ellos) que han sido cooptados por el crimen organizado: Alcaldes y policías, están extremadamente emparejados a grupos delincuenciales de donde reciben grandes cantidades de dinero, producto del narcotráfico.
El caso más emblemático, lo es, lo ocurrido en Iguala en contra de estudiantes normalistas de Ayotzinapa en donde de manera abierta, fue utilizada la fuerza pública para secuestrar y entregar a las bandas delincuenciales a los 43 estudiantes de la Isidro Burgos, a los que habían identificado como miembros de un grupo rival.
En un dictamen realizado por La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) asegura, que el contexto económico, social y cultural en el estado de Guerrero ha sido determinante para la proliferación de la delincuencia y los delitos de alto impacto, ya que la ubicación geográfica de Guerrero, conjugada con la omisión y el incumplimiento de los derechos humanos a la salud, trabajo, educación y seguridad pública, entre otros, lo convierte en zona estratégica para el cultivo, distribución y trasiego de enervantes, lo cual ha generado enfrentamientos entre grupos de la delincuencia organizada, dejando a su paso un considerable saldo de víctimas.
En este y otros casos de violaciones a los derechos humanos, la pregunta sería ¿hasta qué nivel se ha infiltrado el crimen organizado en el gobierno de guerrero? La respuesta oficial, ha sido culpar a los policías, sus bajos salarios y falta de capacitación, lo cual los convierte en los “chivos expiatorios”. Sin embargo, no son los cuerpos preventivos los principales socios de los narcos, son los llamados “narco alcaldes”.