Por Vania Pigeonutt / Foto: Amapola Periodismo
CHILPANCINGO.- El primero de agosto de este año una mujer
fue lapidada en Acapulco. Los vecinos de la calle 8 de la colonia Icacos, muy
cerca de la avenida costera Miguel Alemán Valdez, hicieron el hallazgo. El
cadáver fue localizado en la mañana, minutos antes de que iniciaran las clases
en la escuela primaria Netzahualcóyotl.
Junto a la miscelánea de nombre “Katy”, a pocos metros de la
escuela, estaba el cadáver con marcas de lapidación sobre una escalera. Dos
días antes de este hecho, otra mujer fue asesinada también lapidada. Ambas no
rebasaban los 30 años de edad, de acuerdo a lo que informaron algunos medios de
comunicación.
El cadáver de la otra mujer fue encontrado al interior de un
deshuesadero–nombre común de los lugares donde son abandonados autos viejos– de
la colonia Alborada, zona conurbada de Acapulco. El homicidio con tentativa de
feminicidio fue reportado, al igual que el otro, por la mañana.
Los policías acordonaron la esquina de la transitada
carretera Cayaco-Puerto Marqués y la calle Galeana, a unos metros de la salida
del Macrotúnel. Muchos curiosos se acercaron al lugar frente a una marisquería:
a esta mujer le destrozaron la cara. La piedra con la que fue asesinada estaba
a un lado manchada sangre.
¿Qué significa que en dos hechos distintos con sólo dos días
de diferencia en la misma ciudad lapiden mujeres?
Para la presidenta de la Asociación Estatal Contra la
Violencia hacia las Mujeres, Marina Reyna Aguilar, la organización que promovió
el decreto de Alerta de Violencia de Género (AVG), que se materializó el 22 de
junio de 2017, las formas de matar más violentas, con una muestra visible de
odio, y con una exposición al público tienen un mensaje: la violencia
feminicida está instalada en Guerrero.
De acuerdo al informe de la ONU, La violencia feminicida en
México, aproximaciones y tendencias 1985-2016, Guerrero es un estado
feminicida. De los 32 años que comprende el estudio, 16 años la entidad ha
estado en los primeros tres.
En términos cuantitativos el número de feminicidios bajó,
pero Reyna Aguilar, justo en el contexto del Día Internacional de la Eliminación
de la Violencia contra la Mujer (25N), es cautelosa al atribuir la disminución
en número a una reducción de la violencia contra las mujeres, porque en
realidad observa una expansión con otros matices.
De acuerdo al monitoreo que su organización realiza basado
en recuentos periodísticos, han asesinado a 170 mujeres hasta octubre de este
año. Estos casos ocurrieron en 34 municipios, y Chilpancingo, Acapulco y
Chilapa, se mantienen como las ciudades con mayor incidencia.
En comparación con 2018, en el que contó 233 homicidios con
presunción de feminicidio en 35 municipios, este año hay una aparente tendencia
a la baja.
Pero Reyna Aguilar explica esas diferencias de la siguiente
manera: “en 2019 el comportamiento del fenómeno fue a la baja, pero no podemos
decir que se lo debemos a las acciones que está haciendo el estado. ¿Qué
observamos? hay muchos casos, yo monitoreo la prensa escrita, hay
subregistros”.
Pone de ejemplo las tendencias durante 2018: enero, el mes
más alto con 28 casos, le siguió febrero, con 25 y agosto con 24. Este año en
junio tiene el mayor registro con 22 casos. “El fenómeno feminicida desaparece,
(pero) falta cerrar con diciembre”.
Guerrero ocupa ahora el quinto lugar de esta estadística
nacional, dos posiciones menos que en años anteriores.
En lo que podría interpretarse como menor violencia contra
las mujeres, Reyna Aguilar observa mayor crueldad.
“Los municipios se puede decir que no han disminuido. Las
formas de matar se han recrudecido, por ejemplo la lapidación, también que las
mujeres asesinadas antes, son torturadas y violadas. Se dan todos los tipos de
violencia antes de ser asesinadas”, menciona.
Recuerda casos crueles como el de la nutrióloga Magdalena
Aguilar Romero, de 28 años, asesinada en Taxco. Su cadáver fue encontrado
cocido en una olla de comida el sábado 13 de enero del 2018. Su ex pareja la
asesinó y desmembró. Sus extremidades estaban en una olla sobre una parrilla,
su pelvis en una bolsa de plástico en el suelo y el resto de su cuerpo en un
refrigerador.
En su recuento histórico de crímenes atroces contra mujeres,
porque, dice, todos lo son, la simbología de la saña con la que los comenten
denotan odio en potencial aumento.
“En Chilpancingo hemos tenido casos de jovencitas, los casos
de suicidio han incrementado, y los suicidios muchas veces se dan porque son
orilladas a esa opción que las mujeres de alguna manera toman porque han sido
violentadas psicológicamente”, dice.
Al par sugiere no perder los asesinatos contra mujeres de
más 40 años, porque también con una constante.
Se relajaron las
acciones de la AVG
La Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión
Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim),
emitió el 22 de junio de 2017 la declaratoria de AVG en los siguientes
municipios de Guerrero: Acapulco de Juárez, Ayutla de los Libres, Chilpancingo
de los Bravo, Coyuca de Catalán, Iguala de la Independencia, José Azueta,
Ometepec y Tlapa de Comonfort.
Un año después, incluyeron a Chilapa en las acciones, porque
durante 2017 llegó a ocupar el segundo lugar en asesinatos de mujeres. Sólo lo
rebasó Acapulco, municipio de mayor tasa poblacional.
A más de dos años de esta declaratoria considera que su
falta de funcionamiento puntual se centra en un problema nacional burocrático.
“Las alertas están, se puede decir, las acciones que se están haciendo en los
estados, están coordinadas por la Conavim y una de las cosas que afectó fueron
los cambios de las administraciones, los cambios de las personas que están en
los procesos”.
La periodicidad de cade tres meses con la que el Sistema
Estatal dePrevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra
las Mujeres en Guerrero (SEPASEVM) debería sesionar se incumple, porque no hay
coordinación entre la federación y el gobierno de estado. “Cuando no se
sesiona, no se cumplen los periodos, se relaja todo”, denuncia.
El Grupo Interinstitucional y Multidisciplinario (GIM),
integrado por representantes del estado y la federación, tampoco “ha sesionado
de manera normal y eso tiene que ver con poder llevar un adecuado seguimiento a
las acciones de la Alerta”.
Le critica al nuevo gobierno federal que tenga poco personal
en la atención de esta estructura. Por ejemplo, menciona, la Conavim está
saturada.
A esto le suma que a los gobiernos municipales nadie les
notifica que son los primeros responsables para prevenir y erradicar la
violencia contra las mujeres. “Hemos pedido en estos foros que nos han invitado
como solicitantes que se les notifique a los ayuntamientos, ya pasó un buen
rato y no saben que tienen alerta declarada oficialmente”, denuncia.
A su juicio, las acciones son insuficientes, porque son
políticas públicas que tendrían que implementarse aun sin declaratoria de AVG.
“No hay un programa municipal para revertir acciones que les
proponga el estado, acciones de concurrencia para tener un buen resultado con
la declaratoria. No hay programas para el cumplimiento en los municipios”,
critica.
Entre las acciones que, sabe, los gobiernos reportan para
contrarrestar la violencia contra mujeres en Guerrero es la instalación de alumbrado
público, aun cuando es una responsabilidad instalada en el plan de gobierno,
fuera de un interés de eliminar las muertes dolosas con presunción de
feminicidio.
“Estas acciones tendrían que ser más asertivas, el alumbrado
se va a hacer de acuerdo al alto riesgo que reportaran los propios datos de su
banco municipal de datos, que tendrían su propia estructura, arrojando datos,
de acuerdo a sus necesidades”, señala.
A manera de sugerencia, menciona la importancia de que cada
municipio tenga un diagnóstico de violencia hacia las mujeres y las acciones de
atención y erradicación que debería emplear.
Se necesitan acciones, insisten, que permeen con los años,
de lo contrario el mensaje que figura es el de una mujer es asesinada sólo
porque se puede, porque nadie está entendiendo un fenómeno de violencia
estructural.
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