Alberto López Rosas, ¿el Plan B de Morena?



*Sensato, negociador, y con amplia experiencia en el servicio público, el ex alcalde de Acapulco parece ser la única pieza en el ajedrez con la que se podría ganar si se confirma la cancelación de la candidatura a Félix Salgado


José de la Paz Pérez


Félix Salgado Macedonio, quien sin duda hoy tiene la preferencia electoral como aspirante por Morena al gobierno del estado, ha reiterado una y otra vez que no tiene Plan B, que va a esperar hasta el final la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en el cual confía “porque ahí sí hay abogados, no como en el INE”.

Sin embargo, su partido probablemente sí esté pensando en un Plan B, porque si el TEPJF falla en contra de esta candidatura es impensable que Morena no lleve abanderado en una elección en donde todas las encuestas apuntan que, hoy por hoy, este partido lleva las preferencias electorales.

De hecho, este fin de semana se filtró que el proyecto a discutirse en el Tribunal incluye devolver la candidatura a Michoacán y mantener la suspensión al Toro sin cerca, lo que seguramente prendió las alertas en la Ciudad de México y en la capital guerrerense, Chilpancingo, para pensar en una opción B que garantice un triunfo contundente.

Porque si bien es cierto que el partido guinda tiene la intención del voto a favor, habría que estar conscientes que las encuestas son fotografías del momento y que cambian de acuerdo a cómo cambie el entorno, las circunstancias e incluso las personas.


LA BARAJA MORENISTA


No es lo mismo enviar como candidato a un Luis Walton o a un Pablo Amílcar -que tienen el rechazo en automático de un sector del voto duro de Morena- que enviar a un Alberto López Rosas, quien durante su vida política y durante el presente proceso electoral ha mantenido un perfil sano y confiable frente al electorado.

La propia Adela Román, quien ya se bajó de la lucha por la candidatura, no pudo siquiera lograr la posibilidad de una reelección en Acapulco, por lo que sería impensable echarla al ruedo; Beatriz Mojica ya anda en franca campaña por su diputación, por lo que se le antoja difícil ir a una competencia en donde también sería rechazada por su aventura política con Ricardo Anaya, por lo que de momento le conviene mantenerse en bajo perfil político.

Hay muchos más que aspiraron en su momento a la gubernatura bajo las siglas de este partido, pero su escasa popularidad haría misión imposible recorrer el estado en menos de mes y medio para posicionar su imagen y que ésta sea relacionada con Morena.

Además, algunos de los 17 (se apuntaron 18) ya no están en posibilidades legales de ser candidatos.


EL FACTOR LÓPEZ ROSAS


En toda esta maraña de opciones emerge el nombre de quien se mantuvo tranquilo, relajado e incluso alejado de los reflectores: el de Alberto López Rosas, cuyos seguidores, no obstante, no han bajado la guardia en las redes sociales, destacando sus bondades como persona y como político.

López Rosas fue el primer alcalde de Acapulco emanado de la izquierda. 

Antes, Zeferino Torreblanca ganó las elecciones en el puerto y, aunque compitió bajo las siglas del PRD en una alianza de facto con el PAN, siempre se manifestó como hombre sin partido y, de hecho, la militancia perredista nunca lo vio como uno de los suyos, sino más echado a la derecha por su perfil de empresario.

En cambio, Alberto López ha conservado ese acercamiento con la gente y con la política de izquierda, lo que hoy lo convierte en el idóneo para entrar al relevo con todas las ventajas para dar a Morena el triunfo en Guerrero, porque es un personaje que sí es conocido en toda la entidad, por lo que el poco tiempo que le quedaría para hacer campaña no sería impedimento para lograr afianzar la intención del voto.

“Es una persona noble y con un don de gentes que le permite avanzar hacia un buen arreglo antes de un buen pleito; evita las confrontaciones, pero busca las soluciones; antepone el bien común por el bien personal; respeta las instituciones y por sobre todo las leyes; le gusta trabajar en equipo; sabe cómo transformar la vida pública para beneficio de todos nosotros”, son algunas de las opiniones que vierten de él en redes sociales.

Durante la búsqueda de la pre candidatura, el año pasado, López Rosas recorrió las 81 cabeceras municipales de Guerrero y cientos de comunidades en las cuales tuvo contacto directo con la gente, conoció sus ansias y sueños, conoció sus ilusiones y sus debilidades.

“Pero pude enterarme también que hay fortalezas, y la principal fortaleza es resistir viviendo en lo más agreste, en lo más rústico, de nuestro estado; son lecciones de vida, son lecciones ejemplares, y creo que eso me motiva a tener un proyecto de gobierno para poder equilibrar la vida de la sociedad; la vida de nuestra sociedad está totalmente desequilibrada, y requerimos aplicar políticas públicas que vayan alcanzando los equilibrios para abatir la violencia, la ignorancia y la injusticia”.

Lo anterior fue expresado por López Rosas durante una entrevista efectuada el pasado 11 de diciembre de 2020, tras lo cual este reportero le expresó que “esas, finalmente, son cosas que se dicen cada seis años, cada tres años…”

Su respuesta fue tajante: “Las dicen, pero no las viven; en mi caso las digo porque las viví, porque las presencié, porque llegué a donde no habían conocido a ningún político, a donde no los ha visitado ningún gobernante cuando menos en los últimos 50 años; no simplemente lo digo como una expresión para llamar la atención, lo digo con contenido, porque lo viví, porque tuve la oportunidad de platicar con hombres y mujeres del campo, de lo más apartado de nuestro estado”.

Ese es Alberto López Rosas, el abogado, el político, el hombre y, ¿por qué no? El Plan B que, una vez convertido en candidato, podría dar a Morena el triunfo contundente que busca.  


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