El PRD abraza a su verdugo para obtener migajas


*Durante muchos años luchó contra el PRI en una guerra dispareja en la cual puso los muertos; hoy lucha a su lado para recoger las migajas que va tirando * “El PRD ya es un membrete, una botarga sin personalidad, está desfigurado”: Virgilio Bravo


José de la Paz Pérez


“Durante más de dos décadas representó a muchos movimientos de izquierda de México, e incluso es uno de los responsables de romper la hegemonía política que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantuvo durante 70 años. Pero ahora, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) enfrenta la crisis más profunda de su historia: (Alberto Nájar, BBC News Mundo, Ciudad de México, 16 agosto 2018).


En efecto, aquel partido que nació el 5 de mayo de 1989, con una ideología política de izquierda, que su mayor fuerza la tenía entre aquella sociedad agraviada por gobiernos del PRI que se habían eternizado en el poder y que habían tejido una gran red de corrupción que sólo beneficiaba a unos cuantos, hoy está perdido ideológicamente.


Ya no abandera causas sociales, ya no está en contra del neoliberalismo, una de sus principales banderas, sino que ahora se une a ese enemigo de toda la vida olvidando agravios porque ahora los intereses son otros: buscar cargos de elección popular, pero sólo aquellos que le permita el PRI al que finalmente decidió sucumbir.


Y lo peor: ha olvidado a sus muertos, gente de abajo: campesinos, obreros, líderes que sólo anhelaban en su vida ver derrotado al otrora invencible PRI, que ni siquiera buscaban un cargo político, es decir, aquellos que luchaban por dignidad, más que por reflectores o por beneficios personales.


Tan sólo en 1988 se contaron oficialmente unos 300 muertos durante la defensa de las elecciones en las que compitió Cuauhtémoc Cárdenas Solózano y que, según el ánimo de la gente, ganó, pero el fraude del PRI-Gobierno le arrebató.


En Guerrero nomás, las historias sobre militantes del PRD caídos es larguísima.


Así, mientras unos morían, otros combatían a los priístas, y otros comenzaron a infiltrarse en las esferas de poder, pero no como Caballos de Troya, sino para ser parte de ese círculo que comenzó a beneficiarse de los muertos a los que muy pronto olvidaron.


De hecho, en la República los grupos de Fundadores del PRD poco a poco fueron segregándose, poco a poco fueron ignorados por quienes ya tenían cargos como regidurías, alcaldías o diputaciones locales; nadie tomaba en cuenta sus opiniones sobre los anhelos que seguían sin cumplirse y así murieron muchos, sin ver el cambio por el que lucharon.


Es cierto, al PRD se le debe el haber fracturado al poderoso sistema, el haber dado los primeros descalabros del PRI, es decir, abrió los caminos hacia la democracia que, en primera instancia, permitió que el PAN accediera al poder en ese histórico año 2000 de la mano de Vicente Fox. 


El hueco estaba hecho y ahora habría que entrar por la izquierda, esa izquierda que primeramente se unió en el llamado Frente Democrático Nacional que en 1988 llevó como candidato a Cuauhtémoc Cárdenas y que fracasó en el intento porque el aparato gubernamental orquestó el fraude con la presunta caída del sistema.


El perredista hizo dos intentos más, que fueron fallidos, para lograr lo que parecía misión imposible; pero en esos procesos electorales, el “factor Cárdenas” logró colocar a muchos alcaldes, legisladores locales y federales, incluso gobernadores, quienes finalmente le dieron la espalda y lo obligaron a abandonar al partido que fundó.


Todos sabemos la triste historia del PRD desde que Los Chuchos tomaron las riendas del partido del Sol Azteca, esos mismos que corrieron al hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, quien también encumbró a muchos personajes durante sus dos primeros intentos como perredista.


Pero López Obrador, como necio que es, tuvo que fundar Morena para que la lucha por la Presidencia, y por la Cuarta Transformación que encabeza, tuviera éxito.


Aquí es cuando el PRD se quita la máscara: en 2018 se alía con la extrema derecha para intentar que la izquierda fracase de nuevo, pero la izquierda triunfó, y el partido que traicionó sus principios quedó a punto de la quiebra por la bajísima votación que obtuvo.


El PRD se puso de tapete del PRI


Así de golpeado, para el proceso electoral 2021, en lugar de recomponer el camino y acercarse a su esencia, se une al gran enemigo histórico: el PRI, pero no lo hace en una alianza entre iguales, sino en una en la que se ha tenido que conformar con migajas en la repartición de candidaturas.


¿Dónde quedó ese discurso de Un partido cercano a la gente?, ah, sí, ahora lo usan para impulsar a candidatos del PRI. ¿Dónde están aquellos que reclamaban a sus muertos?, ¿dónde están aquellos que hablaban de dignidad y se desgarraban las vestiduras en las plazas públicas y en las marchas?


La lucha del PRD no fue fácil, y al principio tuvo entre sus filas a verdaderos revolucionarios, como el extinto Aurelio Peñalosa García, quien logra una de las primeras alcaldías, en 1990, la de Zirándaro de los Chávez, quien durante su mandato destacó por ese acercamiento real con su pueblo con quien siempre convivió y por el que siempre luchó con convicción de izquierda.


En Tlalchapa, con la llegada de Guadalupe Eguiluz Bautista, en el año 2002, comienza a escribirse una historia diferente para otro de los municipios siempre rezagados, pero que hoy disfruta de mejores condiciones de vida y con un desarrollo consolidado en tiempo record.


También en la Tierra Caliente, en Pungarabato, el primer gobierno del PRD fue en 1996, con el hoy diputado federal Víctor Adolfo Mojica Wences, y en Acapulco llegó el cambio de siglas en el poder con Zeferino Torreblanca Galindo, en 1999, quien es, para muchos, el mejor alcalde que ha tenido el puerto.


Las anteriores referencias son enumeradas aquí sólo para dimensionar el grado de degeneración que ha tenido el PRD, de cómo ha perdido su identidad, de cómo ya no lucha por las causas populares sino por las causas de sus políticos que ya encontraron una nueva vocación: el poder para servirse, no para servir, que ya vieron que no es negocio.


¿Qué dirán en la Internacional Socialista de la cual este partido es miembro?, ¿cambiará el Sol Azteca su plataforma partidaria en la cual abogaba por un sistema social y económico alejado del neoliberalismo?


Hay que recordar e insistir en que el partido tuvo desde su fundación –y en ello basó su éxito- la crítica a la disfuncionalidad del sistema político mexicano neoliberal encabezado por el PRI; es decir, su línea era la ruptura con el gobierno para buscar la restauración de la República, misión que ahora intenta López Obrador pero que los perredistas se han convertido en uno de los obstáculos.


La debacle del PRD no es de hoy, ya desde 2015, su ex líder moral, Cuauhtémoc Cárdenas, expresó: "Nos encontramos más lejos que cerca de lo que nos propusimos y nos comprometimos hace 25 años".


Virgilio Bravo Peralta, director del Centro de Negociación, Mediación, Conciliación y Arbitraje (CENCA) del Instituto Internacional de Estudios de Derecho y Jurisprudencia (IIEDJ), escribe:


El PRD ya es un membrete, una botarga sin personalidad, está desfigurado, no significa ni remotamente lo que el PRD llegó a lograr en su tiempo, no sólo en votos, sino que fue un referente internacional en los liderazgos de América Latina. Es una casa abandonada en ruinas, donde la cuidan dos o tres personas que no se dan cuenta que ya perdieron todo



“Está muy lejos de ser esa opción de izquierda. La ciudadanía se queda sin ese contrapeso real de opción del lado de las izquierdas. Habrá que ver si siguen renunciando perredistas a las filas del PRD y sumándose a otros proyectos”, vislumbró hace seis años Enrique Gutiérrez Márquez, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.


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