*No hay nivel, no hay tiempo, el formato es aburrido, no llamará la atención de la gente de manera masiva y, aparte, hay que recuperar el tiempo que perdió *Quien gana el debate no es el mejor, ni quien gana una elección
José de la Paz Pérez
Cuando Evelyn Salgado Pineda, candidata de Morena a la gubernatura de Guerrero, y puntera en las encuestas, anunció que no se presentaría al segundo debate organizado por el Instituto Electoral y de Participación Ciudad de Guerrero (IEPC-GRO), los contrincantes festejaron como un triunfo.
Y es que a partir del anuncio, los anti felixistas –que son los mismos que tampoco quieren a La Torita- se lanzaron con todo en las redes sociales para acusarla principalmente de dos cosas: que no sabe debatir y que no está preparada.
Y la pregunta surge casi obligada: ¿Y quienes asistieron al primer debate sí saben debatir?
Si ya se nos olvidó, hay que recordar que muchísimos ciudadanos terminaron decepcionados de ese primer ejercicio democrático e incluso se habló de un anti debate.
Aburrido, sin propuestas que nos hicieran pensar que algo bueno se pretende para Guerrero, en donde lo que destacó fue un “¡a huevos que sí se puede!” o el apagón del streaming o la señal de audio y video de internet, lo que provocó la caída de la señal en vivo. ¿A eso llaman debate?
¿Y a qué fueron los candidatos a ese encuentro? A lanzar ataques al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, culpándolo de todo lo malo que pasa en Guerrero, sólo para evitar mencionar el nombre de un culpable más cercano: el gobernador, Héctor Astudillo.
Sí, la mayoría –salvo un par de excepciones- fue a proteger al gobernador y a lanzarse contra el Ejecutivo federal. ¿Eso es debate?
Por otra parte, habría que precisar un par de consideraciones, la primera, que el ser bueno para debatir no garantiza que será un buen gobernante y, la segunda, que la preparación no tiene que ver de manera proporcional con la capacidad de debatir; tercera, y como consecuencia: quien gana el debate no es el mejor, ni es quien gana una elección.
Decir que Evelyn no sabe debatir o no está preparada, es muy simplista y, desde luego, conviene a sus detractores apoyar esa conclusión, y difundirla masivamente.
Son muchas las lecturas o razones que pudieron hacer que La Torita desistiera de la invitación, desde el particular punto de vista de quien esto escribe, podrían ser alguna o algunas de las siguientes:
1. El tiempo que perdió –unos dos meses- porque comenzó tarde su campaña, hoy le obliga a, que de manera apresurada, tenga que recorrer el estado y, por lo tanto, no le permite dedicar parte de su agenda a la preparación para ir a ese encuentro (todos se preparan, aunque digan que ya están preparados), y mejor lo usará para estar cerca de sus probables electores. Es decir, debe recuperar ese tiempo.
2. Como puntera indiscutible de las encuestas no le conviene exponerse a una emboscada que seguramente le preparaban los otros contrincantes, sobre todo quienes ya anuncian que le regalarán al candidato del PRI-PRD su 1% de votos porque piensan declinar en su favor, lo que sí es cuestionable, luego de decir en el primer debate que eran los indicados para gobernar Guerrero.
3. Y como consecuencia del punto anterior: Evelyn no estaría yendo a un debate de altura, a uno donde cada quien tendría el derecho a exponer y defender sus propuestas, sino a aquel en donde la idea es ver qué tanto se le podría acercar el candidato del PRI-PRD una vez que le echen montón sus compañeros.
4. En síntesis, no hay debate verdadero, no hay nivel, no hay tiempo, el formato es aburrido, no llamará la atención de la gente de manera masiva y el IEPC-GRO demostró su incapacidad para efectuar un ejercicio de esta naturaleza.
Y como han dicho a lo largo del tiempo muchos priístas: el debate se da todos los días, estando cerca de la gente, exponiendo las ideas sobre cómo mejorar el estado –en este caso-, pero también diciendo a los electores cómo le vamos a hacer y, desde luego, cumplir.