No hay democracia ni libertad de prensa en la simulación



Nos hemos arrastrado al poder político que a veces lo que nos da son limosnas, al extremo de dividirnos por ideologías partidistas a las que no estamos llamados a respaldar, ni a oponernos

José de la Paz Pérez*


Qué lejos han quedado los tiempos en que los directores de los medios de comunicación decían: te vendo un espacio para publicidad, pero en el resto soy libre.


Ello significaba que si había alguna información que tocara a ese cliente, no tendría que haber problema alguno, no se estaba incumpliendo, era parte de esa libertad de expresión conquistada, plasmada en los artículos 6° Y 7° constitucional.


Actualmente en Guerrero, salvo mínimas excepciones, los medios de comunicación vendemos nuestra libertad de pensamiento y de expresión a cambio de una dádiva; nos dicen los políticos, es decir los clientes preferidos, que, si los tocamos con el pétalo de una rosa, nos quitan el convenio.


Y lo aceptamos, porque es muy cómodo vivir de un trato con el gobierno del estado y de algunos municipios; porque nos hemos olvidado que la iniciativa privada también es un cliente potencial con el cual un medio puede vivir, sin censuras, sin ataduras.


Pero a los periodistas parece que nos gusta hoy tener las manos, y por lo consiguiente la pluma y la conciencia, amarradas, y vivimos entre comer o ser libres; entre ser voceros y ser periodistas.


Lamentablemente a muchos nos gusta auto censurarnos por asegurar el pan de cada día, y eso, es indigno en ésta y en cualquier profesión.


Nos hemos olvidado que sólo son convenios de publicidad, no de complicidad.


Y en días como éste, 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Prensa; el 7 de junio o el 4 de enero, venimos aquí a exigir respeto, cuando nosotros mismos no nos respetamos, venimos a pedir unidad de un gremio que, en los hechos, está desunido.


¿Y por qué de pronto nos vemos tan vulnerables frente al poder político? 


La respuesta es simple: quienes vivimos de esta profesión, a la que decimos amar y defender, estamos desunidos, y no sólo jalamos cada quien, por nuestro lado, por nuestros intereses particulares, que deberían ser comunes, sino que, cuando podemos, metemos la zancadilla al compañero para que caiga.


Servimos a un político o a un ente de gobierno y, si nuestro compañero se atreve a tocarlo, actuamos como verdaderos oficiosos; criticamos su escrito porque es la manera indigna de defender al cliente.


Pero este es el nivel en que hemos caído como periodistas. Y hay que decirlo.


Nos hemos arrastrado al poder político que a veces lo que nos da son limosnas, al extremo de dividirnos por ideologías partidistas a las que no estamos llamados a respaldar, ni a oponernos; sólo debemos ver, escuchar, informar y ejercer la crítica periodística, no la que obedezca a venganzas o a intereses inconfesables.


Compañeros todos: los políticos no están obligados a darnos un convenio publicitario, y no se vale que si nos lo niegan entonces nos convirtamos en paladines de la información, aquellos que, ahora sí, ejercemos la crítica e incluso hacemos grandes investigaciones sólo para golpear, no para informar.


Pero si llegamos a tener alguna relación comercial, se nos tiene que respetar nuestro espacio y eso sólo se logra si estamos unidos, si exigimos derechos y no privilegios, si somos capaces de dar a la sociedad un verdadero periodismo, no lo que nos permiten nuestros clientes.


¿Y para cuando la verdadera unidad del gremio?, esa es la primera pregunta.


¿Y quién de los candidatos, no sólo a gobernador del estado, se compromete a respetar la opinión y la información que se plasme en el medio con el que tiene un convenio de publicidad?


Es la segunda y no menos importante cuestión.


*Ponencia del autor durante el foro organizado en el marco del Día Internacional de la Libertad de Prensa, celebrado este 3 de mayo, el cual fue convocado por las organizaciones periodísticas de Guerrero.


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