*Más de la mitad de los autobuses están en funcionamiento, los demás están tirados y sirven para proveer piezas a los que aún funcionan *El administrador trata con prepotencia a los choferes a quienes no se les paga a tiempo sus quincenas y si protestan amenaza con despedirlos
José de la Paz Pérez
Acapulco, Gro., 2 de junio de 2021.- El Sistema Integral de Transporte, mejor conocido como Acabús, está en terapia intensiva a casi cinco años de su puesta en funcionamiento, con bombo y platillo, con la promesa de que Acapulco por fin tendría un transporte moderno, seguro y digno.
El gobierno del estado, encabezado aún por Héctor Astudillo Flores, demostró su incapacidad para manejar un simple sistema de transporte echado a andar en junio de 2016, casi un año después de su llegada como gobernador, y que entrega a un particular antes de irse.
Hoy quedaron atrás esos sueños de grandeza: los diez pesos que paga la población por viaje, que incluía aire acondicionado, la llegada pronta a su destino y el buen servicio, ya no existe.
Hoy la gente viaja como sardina, con severo calor y el riesgo de contagio, porque aquí nunca se intentó cumplir con la norma básica de la sana distancia durante lo más fuerte de la pandemia del Covid-19.
Y se tiene que esperar entre media y una hora para que pase la unidad que cada día está más deteriorada.
De hecho, de las 135 unidades que comenzaron a dar servicio, cuando mucho 60 hoy están en circulación, de acuerdo a cálculos de los choferes que ayer efectuaron un paro laboral por la incertidumbre que padecen respecto a su situación laboral.
Informaron que no se da adecuado mantenimiento a los camiones debido a que, quien está a cargo, Enrique García, hermano del administrador del Acabús, Juan Manuel García, “no tiene la mínima preparación para tener a su cargo unidades motrices, no tiene idea, él ha sido administrador de bares”, expresó Antonio.
A los camiones descompuestos se le quitan piezas para ponérselas a los que aún funcionan y, cuando se compran refacciones, son de mala calidad, expresaron.
Es tal la crisis derivada de una mala administración, que no se paga a tiempo las quincenas de los choferes -o les pagan en partes- lo que perjudica a sus 150 familias que dependen de la llegada puntual del pago para cumplir compromisos.
La otra parte de la crisis es que el administrador, Juan Manuel García, es una persona prepotente a quien no se le puede reclamar derechos porque enseguida amenaza con despidos, denunciaron.
También manifestaron la incertidumbre de su situación laboral, ya que dijeron que el nuevo concesionario, Fernando Ruano, ya se presentó con ellos, pero no les han dicho si serán empleados de él o seguirán cobrando en el gobierno del estado, o si de plano los van a liquidar.
No hay comunicación entre la empresa y los trabajadores, denunciaron, por eso les urge tener una charla con el nuevo concesionario “para que se entere de la situación con los actuales administradores”