*Una gobernadora, la mitad del Congreso y, por si fuera poco, los dos municipios más importantes: Acapulco y Chilpancingo
José de la Paz Pérez
Guerrero, uno de los estados considerados más machistas durante muchos años, está a punto de iniciar una historia inédita: tendrá una gobernadora mujer, Evelyn Salgado Pineda; alcaldesas en los dos municipios más importantes de la entidad: Acapulco, la perla del Pacífico y “Joya de la Corona”, en la persona de Abelina López Rodríguez, y Norma Otilia Hernández Martínez, en la capital, Chilpancingo.
Las tres, emanadas del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), lo que nos indica que estamos además ante un cambio de clase política, sin duda.
A esto debemos agregar que la mitad del Congreso local estará integrado por féminas, y que el gabinete estatal será paritario, de acuerdo al compromiso reiterado de la gobernadora electa, situación que se deberá replicar en los ayuntamientos, así como en el mismísimo Poder Judicial.
Es, como dijo en entrevista Beatriz Mojica Morga, una de las diputadas locales electas, que se trata no sólo de un cambio generacional y de clase política, sino un cambio de género en la toma de decisiones importantes en Guerrero.
De hecho, existe la amplia posibilidad de que una mujer lidere al Congreso de Guerrero.
De las féminas se han dicho muchas cosas sobre su capacidad, sensibilidad, honestidad y honorabilidad, sin embargo, sólo estaban en los discursos de los varones, quienes en la práctica se negaban a darles oportunidades reales de crecimiento.
Por eso tuvieron que luchar y posicionarse en donde hoy están.
Lo anterior no debe significar que se está ante la oportunidad de la revancha; y es que incluso se han escuchado voces de resistencia que dicen: “si les dan poder a las mujeres después se van a arrepentir”, como si no estuviéramos arrepentidos de cómo han gobernado muchos varones.
Pero no es una lucha de géneros sino, como ha dicho Evelyn Salgado Pineda, se tienen que poder de acuerdo para caminar juntos en la misión de hacer de Guerrero un estado de vanguardia, pero en base a capacidades y voluntades, no en base al sexo o a sus preferencias sexuales, incluso.
NO SERÁ FÁCIL
En algo que están de acuerdo los analistas es que no será fácil la tarea de las mujeres al frente de semejantes responsabilidades, y no lo será porque en el cambio de clase política que enfrentarán, las emanadas de Morena, estará recibiendo ayuntamientos y el propio gobierno del estado con muchos problemas, entre ellos los financieros y de corrupción.
Por ejemplo, el gobernador, Héctor Astudillo Flores, dejará una deuda por 3 mil 528 millones de pesos, de acuerdo a datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), los cuales fueron consignados por el portal de noticias de Animal Político.
A lo anterior habría que sumar los vicios que imperan en las secretarías, a la opacidad que se vislumbra a la hora de entregar cuentas a la nueva gobernadora que, y esto es muy importante, viene de un partido político distinto, con otra visión de gobernar y de rendición de cuentas.
El tema del turismo, por ejemplo, fue abandonado por la presente administración y sólo se fue actuando por inercias, nunca hubo un programa o la intención siquiera de recuperar el nombre o la fama de los destinos –al menos- que componen el llamado Triángulo del Sol: Acapulco-Taxco-Ixtapa.
Por otro lado, en Acapulco, Abelina López recibirá un gobierno lleno de problemas en temas tan delicados como agua potable, basura y contaminación; tiene el reto de sanear no sólo la bahía sino la estructura de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco, la Capama, tan manoseada, tan desaseada.
En Chilpancingo, Norma Otilia Hernández tiene un gran reto con el tema de la inseguridad, pero también convertir a la ciudad capital en un lugar atractivo no sólo para vivir, sino para visitar, para convivir, pues no es cualquier municipio, es la sede de las principales actividades del gobierno estatal y sus dependencias.
TIEMPO DE MUJERES
Durante mucho tiempo se luchó por llegar a esta circunstancia, aquí están las mujeres, ante la oportunidad histórica; si hacen las cosas de acuerdo a las expectativas creadas, los guerrerenses sabremos que no nos equivocamos y no dudaremos en volver a darles nuestro apoyo.
Si nos fallan, que esperamos no suceda, es muy posible que no pase nada; los derechos ganados de las mujeres, como la paridad, llegaron para quedarse, es una realidad y, quizá a partir de ahora se tenga que hablar más de capacidades, de voluntades, y no de circunstancias u orientaciones sexuales.
Que se premie las buenas acciones, los resultados, vengan de donde vengan, y que se castigue a quienes defrauden nuestra confianza, sin importar nombres ni procedencias ni cualquier otra circunstancia.