La investigación en ciencias sociales en tiempos del pos Covid-19


 La pandemia del Covid-19 ha modificado en su totalidad la forma de relacionarnos en todas las sociedades del mundo, sin excepción. Es también, un llamado de alerta a nuestra relación con la tierra. Y es, además, un llamado de atención para resolver los problemas sociales así como la forma en que hasta ahora los hemos tratado de resolver. En lo inmediato, no hemos desarrollado cura para este virus que en los países desarrollados impacto de forma alarmante y un poco menos en los de vías en desarrollo. No obstante, en los primeros existió una disciplina de control férrea que algunos investigadores Oslak (2020) como observaron la importancia del papel del Estado en la conducción y solución del mayor problema de salud pública de las sociedades actuales.

Como bien apunta este autor, el virus Covid-19 ha resignificado lo que es el Estado porque ha respondido de diferentes maneras, unas para bien como el control social pero otras mal, tal es el caso de la limitante a sólo contabilizar decesos. También queda en entredicho nuestra falta de preparación para este tipo de pandemias, desastres naturales  que las políticas públicas de salud no pudieron prever a tiempo. Hasta ahora, la pandemia ha cobrado miles de vidas en todo el mundo sin distingo de clase social, etnia o religión. Pero lo más importante es que nos ha puesto a revalorar la vida así como la necesidad de cuidar nuestros recursos naturales. Esta es, creo yo, la más valiosa lección.

Oslak (2020) también enumera los beneficios que trae consigo la tecnología para combatir la epidemia. Por ejemplo, cita las aplicaciones de teléfonos celulares para transferir dinero a largas distancias y sin salir de casa; impresiones en 3D para las mascarillas, respiradores y material médico; imprimir el modelo para construir hospitales de urgencia en China; aplicaciones para rastrear alimentos e incluso drones para vigilar ciudades y emitir mensajes; geolocalizadores para saber dónde hay puntos de infección.

En general, la preocupación de este autor es sobre el Estado y su capacidad de responder a la pandemia.

Sin embargo, la pandemia no es solo muerte y desastre. Es un fenómeno que descubre el carácter intrínseco de cada ser humano, sus valores éticos o bien, su miseria moral como señala Zepeda (El Sur 2020/04/13 ) cuando el personal de salud estaba siendo atacado por el miedo y irracionalidad de quienes veían en ellos peligro y no lo que realmente hacen, salvar vidas. Otros fenómenos relacionados son la pobreza de quienes viven al día y no pueden dejar de trabajar, y el lado opuesto: los empresarios que desalmadamente despidieron a sus empleados, los obligaron a trabajar durante el confinamiento y no obedecieron las reglas que imponía el gobierno. Así también, la llamada infodemia, el cúmulo de noticiarios y cobertura del Covid-19 en todo el mundo. 

Lo favorable de esta situación es la solidaridad que muestran la mayoría de las sociedades. Los grupos de familias que han perdido a un ser querido y que no bajan la guardia para promover el cuidado de la salud. Cabe preguntarse, ¿quién responde por estas muertes? ¿cuántos padres se han quedado sin sus hijos o hijos sin sus padres?, ¿cómo viven con sus pérdidas? Es en las familias donde más se resiente el golpe del virus porque es el núcleo básico que compone a la sociedad y una vez fragmentado es difícil recomponerlo. Es la célula en donde se adquiere las pautas y convenciones de socialización. La familia es la red de apoyo más importante que debemos fortalecer en la era Covid-19. Sin ella, es fácil prever que no le daremos batalla al virus.

La escuela es otro medio de socialización importante por su reproducción de los problemas y reflejo de la situación pos Covid-19. Se ha visto muy afectada por la suspensión de actividades académicas y la investigación científica quedó mermada por la parálisis, reducción de recursos económicos y producción de trabajos, entre otras cosas. Esto tuvo como consecuencia que millones de jóvenes así como docentes dejaran de estudiar o trabajar recluyéndose en sus viviendas, con la incertidumbre y con el enojo de no poder salir que acarreó la pandemia. Las aulas quedaron vacías, los jóvenes buscaron el esparcimiento mientras que se los trabajadores de sectores económicos esenciales como salud, economía, seguridad o medios de comunicación continuaban laborando, algunos incluso desde casa.

De estos sectores, el económico fue el más perjudicado con pérdidas de miles de millones de pesos, empleos, despidos injustificados, reducción de sueldos, incremento de la informalidad, comercio detenido y un largo etcétera. En este sentido, cabe destacar el fenómeno inverso que se produjo cuando los familiares de migrantes en México enviaron dinero a Estados Unidos para que pudieron sobrevivir. Ha sido una verdadera crisis solo comparable con la Gran Depresión del año 29 precisamente en aquel país.

En este balance de pros y contras que trajo el Covid-19 la pregunta que nos hacemos es ¿cuáles son los retos de la investigación en ciencias sociales en la etapa pos Covid-19? Para responder a esta pregunta primero quiero decir que en el estado de Guerrero la investigación científica ha sido golpeada doblemente por la pandemia. Primero, porque como ya dijimos, se detuvieron los centros de investigación de la UAGro, nuestra máxima casa de estudios y donde se genera la mayor cantidad de estudios tanto clínicos como sociales. En segundo lugar, por la pobreza e ignorancia que nos estigmatiza causa que las personas no se cuiden y descrean el impacto de este mal pero sobre todo porque al no haber recursos económicos los centros de investigación no laboran, prolongando o acentuando esta situación.

Estas dos razones son también los principales retos de la investigación en ciencias sociales en la etapa pos Covid-19. Para darnos una idea de la dimensión del reto basta mencionar que el censo poblacional del Inegi se canceló el cual utiliza una metodología mixta, entrevista a personas y base de datos. Hoy, la investigación es virtual como han hecho centros de estudios de la misma UAGro. mediante encuestas para saber el impacto psicológico. Es decir, las metodologías han cambiado no por razones del desarrollo sino por efectos de un mal que no parece tener fin.

Los principales buscadores de internet, google y redalyc de los que se alimentan estudiantes y profesores no sólo en Guerrero sino en todo el país muestran escasos estudios sobre el Covid-19. Pero únicamente en el área de la salud porque en ciencias sociales no se encuentra nada. El impacto en la investigación sociológica es brutal, sorpresivo y nos llena de impotencia. Desde hace décadas que el desarrollo tecnológico lleva la batuta a la investigación social. Se han fortalecido aquellas metodologías de investigación que no necesitan contacto humano, como las encuestas virtuales, por teléfono y redes sociales.

Todo lo cual no lleva a interrogarnos, ¿qué es lo que urge investigar? ¿Qué investigaciones sociales ayudarán a mitigar el impacto de la pandemia?¿qué grupos sociales, como las familias, tendrán nuevas configuraciones?

La pandemia ha obligado a que repensemos nuestros temas sociales de investigación, a innovar en nuestras metodologías y objetivos así como proponer hipótesis que puedan ser comprobadas más fácilmente. También a incrementar los estudios locales sobre las familias, jóvenes y grupos sociales vulnerables de nuestras comunidades, Guerrero tienen una riqueza de lenguas indígenas que debemos investigar pero sobre fomentar su conocimientos para todos los habitantes del estado. Esto nos llevará a cambiar temas de estudios para evitar su repetición y buscar la originalidad que nos traerá competencia académica con otros estados de la república.

La Investigación social en tiempos pos Covid-19 nos obliga a priorizar lo urgente, aquello que hemos relegado. Las personas son lo más importante, sus vidas, comunidades, formas de vivir y relacionarse, métodos de supervivencia y decencia generacional.  La dinámica social ha cambiado y como la teoría de la evolución, tenemos que adaptarnos si es que queremos sobrevivir. Así las ciencias sociales, tiene el reto de cambiar o no sobrevivirá. Cierto es que vamos relegados pero para eso este tipo de congresos nacionales y locales, para realizar una autocrítica que nos obligue a modificar nuestra forma de investigar.

 Porque todo comienza con dudas e interrogaciones, después hipotetizamos con afirmaciones, buscamos un método y finalmente comprobamos. En ese sentido, creo que este ejercicio nos llevará de la mano para mejorar lo que hace falta y lograr que las ciencias sociales continúen aportando su grano de arena para el desarrollo de nuestra sociedad.


Ponencia del autor al participar en la mesa 

"Los retos de la investigación en Ciencias Sociales en la etapa pos Covid-19".


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