*Se estudia la posibilidad de que quienes recibieron dos dosis de la vacuna Pfizer podrían requerir una tercera *Combinación de vacunas, una posibilidad para enfrentar la mutación, dicen científicos quienes aún están en la etapa de pruebas *La responsabilidad de la población: cuidarse como si estuviéramos en Semáforo Rojo
José de la Paz Pérez
El Covid-19 llegó para quedarse, parece ser el mensaje que ya temíamos desde que por primera vez caímos en Semáforo Rojo y luego de los esfuerzos de los científicos y gobiernos del mundo por encontrar una vacuna; ahora, frente a la variante Delta, se confirma.
Cuando festejábamos por haber alcanzado el Semáforo Verde en Guerrero y en la mayor parte del país, nos llega la noticia de que la mutación del Coronavirus es una realidad, una realidad aún más peligrosa.
En China fue donde vio la luz por vez primera el Coronavirus aquel 18 de noviembre de 2019; en México el 27 de febrero de 2020, ya convertido en pandemia por su alcance mundial.
Fue precisamente en la Ciudad de México donde se confirmó el primer caso, pocas horas después se informó de otro en Culiacán, Sinaloa, y un tercer caso de nuevo en la Ciudad de México; poco tiempo después, el mal había cubierto todo el territorio nacional.
Después, ya nada fue igual.
Comenzamos a escuchar noticias sobre los fallecimientos por esta enfermedad, el primero el 18 de marzo de 2020, y después cientos, y miles; la psicosis hizo presa a la población que se encerró en sus hogares, muchos negocios bajaron cortinas y, con ello, miles fuentes de empleo se perdieron. La economía colapsó en ciertos sectores, mientras en otros creció.
Por fin se lograron crear vacunas, y la aplicación de las dosis comenzaron el 24 de diciembre de 2020 en Estado de México, Ciudad de México y Querétaro; después llegó a todas las entidades.
LOS REPUNTES
Cuando los casos de contagios y muertes, en lugar de subir, comenzaron a bajar, vino una relajación en todos los sectores: entre la población, los gobiernos, las empresas…
En diciembre de 2020 las vacaciones fueron el pretexto perfecto para romper ese ayuno de actividades en sociedad, y hubo consecuencias con un repunte en las cifras; estados como Guerrero, por ejemplo, retrocedieron del Semáforo Amarillo, al Naranja.
El avance en la aplicación de las vacunas generó que los contagios y muertes fueran a la baja y, bajo el pretexto de la “inmunidad del rebaño”, las medidas de prevención fueron relajadas una vez más.
El proceso electoral permitió infinidad de aglomeraciones en todo el territorio nacional y se veía venir un nuevo repunte, que ya llegó.
Sin embargo, lo peor de esta nueva ola de contagios es que se habla ahora de una mutación –prevista- del Coronavirus: la variante Delta, la cual es más transmisible y calificada por la Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) como "variante de preocupación".
Las alarmas se han reactivado en los tres órdenes de gobierno y en los tres poderes porque se viene una nueva planeación para la contención de la nueva circunstancia; en Acapulco se teme que las vacaciones de diciembre se vean opacadas y, con ello, colapse la economía de los porteños y parte de Guerrero.
Hay incertidumbre que puede convertirse en temor, lo que abre la puerta a que el virus cause mayor daño en el cuerpo del portador, de acuerdo a las estimaciones médicas.
Y todo tiene que pasar nuevamente por la organización del gobierno, pero también de la conciencia de los pobladores, quienes deberían poner su parte, quienes deberían ser más responsables y cuidarse como si viviéramos en constante Semáforo Rojo, no hay de otra.
Las recomendaciones son las mismas: guardar sana distancia, cubrirse nariz, boca e incluso ojos; usar gel antibacterial, no acudir a lugares abarrotados y no salir de casa si no es estrictamente necesario, en tanto no haya claridad sobre qué hacer contra la variante Delta.
No podemos dejar toda la carga al gobierno, porque finalmente se trata de cuidarnos y cuidar a nuestras familias, a nuestros seres queridos.
ACCIÓN CIENTIFICA
La comunidad científica ya está trabajando, analizando la nueva cepa del Coronavirus, e incluso ya hay algunas hipótesis sobre cómo enfrentarla; una de éstas es que la combinación de varias vacunas anti Covid-19 aumenta la efectividad frente a la variante.
“A finales de junio, un informe preliminar del estudio Com-CO, que aún no ha sido revisado por pares, encontró que combinar los fármacos de Oxford/AstraZeneca y de Pfizer/BioNTech indujo respuestas inmunes fuertes contra el covid-19”, se consigna en el portal de CNN Noticias.
Por otro lado, el Dr. Matthew Snape, investigador principal del ensayo y profesor asociado de Pediatría y Vacunación de la Universidad de Oxford, dio a conocer que quienes recibieron una dosis de la vacuna contra el Covid-19 de AstraZeneca, seguida por una dosis de la vacuna de Pfizer cuatro semanas después, generaron niveles más altos de respuestas de anticuerpos y células que los que recibieron dos vacunas de AstraZeneca.
No obstante, estas pruebas y sus resultados, que aún son aislados, queda claro que se necesita más investigación para ver si estos esquemas de vacunas mixtas funcionan de manera contundente como para ser avalados por la comunidad científica como un paso a seguir para hacer frente a la nueva circunstancia mundial del Coronavirus.
Por otro lado, se está planteando con más fuerza la posibilidad de que quienes recibieron las dos dosis de la vacuna de Pfizer podrían requerir una tercera, esto, ante la hipótesis de que después de 6 meses pierde efectividad.
Lo dicho, el Coronavirus llegó para quedarse, para ser parte de nuestra convivencia diaria, ¿por cuánto tiempo? Nadie lo sabe.