José de la Paz Pérez
Las redes sociales se inundaron con memes referentes al “fracaso” de la Consulta Popular 2021 la cual, de acuerdo a cifras oficiales, apenas llegaría a 8 por ciento de la participación ciudadana.
El festejo fue algo así como si México le hubiera ganado a Estados Unidos la Copa de Oro, o si la delegación mexicana hubiese conseguido unas 20 medallas de oro en los juegos olímpicos de Tokyo 2020 -jugados en 2021- en cuyos casos ¿en qué nos beneficiaría?, dirán algunos.
“El puro orgullo mexicano”, responderían otros; “si gana nuestra selección, es como si ganáramos nosotros”, podría ser el complemento de la respuesta. Y se entiende.
Lo que no se entiende es cómo puede un mexicano a ras del piso, como la mayoría, estar celebrando que una consulta popular, con la cual se abriría la puerta para juzgar a aquellos que nos tienen en la pobreza como país, haya fracasado.
Es como decir: no estoy de acuerdo en que se juzgue a mi verdugo, quiero que siga cometiendo fechorías y me siga haciendo daño cada vez que quiera, de manera impune.
Es como aplaudir a quienes con el Fobaproa nos tienen endeudados como país por varias décadas más; es como dar las gracias a quienes robaron a manos llenas el presupuesto que, a la postre, es dinero nuestro.
Sólo alguien que goza con el dolor que le confiere su victimario está feliz en estos momentos por el resultado de la consulta.
Pero miren, la buena noticia es que hoy amaneció México con el 100 por ciento de sus ciudadanos felices.
Quienes le apostamos a un cambio de régimen en 2018 y llegó en la figura de Andrés Manuel López Obrador, seguimos felices con los resultados logrados hasta este día; quienes votamos el pasado 6 de junio para ratificar la confianza a la 4T, estamos felices porque se logró dar un paso más hacia el avance de este sistema.
Por otro lado, quienes querían que la votación en la consulta ciudadana no llegara a 40 por ciento, están felices.
Eso está perfecto para el buen ánimo –ahora sí- de la gran mayoría de ciudadanos.
Cada quien tiene lo suyo: La izquierda obtuvo el triunfo electoral dos veces consecutivas, y la derecha logra ver el “fracaso” de la consulta, ése es su triunfo, su felicidad, y qué bueno.
Pocas veces cuando el PRI y el PAN ganaban de todas, todas, había posibilidades de que el pueblo ganara una, o que tuviera un momento de felicidad.
El gobierno ha dado últimamente alegrías a su pueblo, ése que votó por la izquierda; hoy también están felices los de la derecha porque tienen su premio de consolación; qué bueno.
Ahora sí cabe la frase: “Felices todos”. Así lo veo, pero finalmente es... cuestión de enfoques.