Fe, tradiciones y festividad, durante la Semana Santa, en Guerrero



José de la Paz Pérez

La Semana Santa es una festividad religiosa que se celebra en todo el mundo, y en México no es la excepción. Cada región del país tiene su propia forma de celebrar la Semana Santa, y en el estado de Guerrero, en la costa del Pacífico, esta festividad tiene una gran importancia para la comunidad.

La Semana Santa en Guerrero es una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas, lo que hace que las celebraciones sean únicas y llenas de colorido. La festividad comienza el Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa, y termina el Domingo de Resurrección, cuando se celebra la resurrección de Jesucristo.

En los días previos al Domingo de Ramos, los fieles se preparan para la festividad. Se realiza una procesión en la que se bendicen las palmas, y los creyentes llevan estas palmas a sus casas para colocarlas en la entrada como una forma de protección.

Una de las celebraciones más impresionantes durante la Semana Santa en Guerrero es la Procesión del Silencio. Esta procesión tiene lugar el Viernes Santo, y es una de las más antiguas y representativas de la región. Los fieles se visten con túnicas negras y capuchas, y llevan velas encendidas mientras recorren las calles de la ciudad en silencio, en honor a la muerte de Jesucristo.

Otra de las tradiciones más populares en Guerrero durante la Semana Santa es la quema de Judas. En esta tradición, se crea una figura de Judas, que representa la traición, y se quema en una ceremonia pública. La quema de Judas es vista como una forma de liberar el mal y purificar el espíritu.

Además de las procesiones y las tradiciones religiosas, la Semana Santa en Guerrero también es una oportunidad para disfrutar de la gastronomía local. Durante esta época, es común encontrar platillos tradicionales como el mole, los chiles rellenos y los camarones a la diabla en los mercados y restaurantes de la región.

En resumen, la Semana Santa en Guerrero es una festividad llena de tradición y colorido, que combina elementos prehispánicos y católicos para crear una celebración única. Las procesiones, la quema de Judas y la gastronomía local son algunas de las formas en que se celebra esta festividad en la región, y son una muestra de la riqueza cultural de México.

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