En estos tiempos en que la bondad ya no es un valor, sino un lastre, muchos desheredados de la fortuna, claman a grito abierto ¡YO QUIERO SER MALO!
En mis consideraciones muy mías, de mí, como dijera mi compadre Chencho, pienso y digo que hay muchos que se resignan a ser pobres, ya sea por las razones que usted quiera y mande.
En mi concepto, enumero algunas, como lo pueden ser:
Porque muchos no aspiran a ser ricos, se conforman con lo que pueden obtener de su trabajo, van venciendo sus carencias con trabajar las 24 horas del día, en lo que caiga y mal pagados.
Otros y casi los muchos, piensan y creen que, siendo buenos, serán merecedores de entrar al reino de los cielos, a la hora de su muerte. Los sacerdotes se encargan de meterles y mantenerlos en el temor a su dios y les dicen que mientras más sumisos sean, tendrán más oportunidades para ser admitidos en el cielo porque, en caso contrario, irán a parar con sus huesitos en el reino de Satanás y, ellos, obedientes, se someten a las palabras del señor cura.
En este punto me remonto en el tiempo y cito, como ejemplo, La Revolución Francesa del siglo 16, en donde los proletarios eran dominados por el matriarcado de la iglesia y el estado; calmaron al pueblo enardecido de Francia, diciéndole que contra los reyes no atentaran nada, porque su poder emanaba de Dios y que si ellos los mataban, recibirían el castigo divino.
Pero vinieron los Ilustrados, los humanistas, los enciclopedistas, quienes les quitaron la venda de sus ojos, diciéndoles que todo lo que manejaba la iglesia a favor de los reyes de Francia, era una vil mentira. Entones el pueblo francés se rebeló y vino la Toma de la Bastilla, en donde la guillotina hizo su trabajo y echó por tierra las cabezas de los reyes de Francia; se acabó la hegemonía del maridaje de la iglesia y el estado y Francia fue la punta de lanza de una humanización que se extendió por toda Europa.
Algunos escritores afirman que, esta revolución dio pie a la Revolución Mexicana y, en cierto sentido hay razón para ello, porque estuvo basada en los mismos ideales y objetivos, aunque, al final haya servido en beneficio de unos cuantos.
Lo destacable de estos comentarios es que la impotencia de muchos pobres buenos, les ha provocado el deseo irrefrenable de ser malos, al fin que dios no castiga a los malos.
Por otro lado, vemos que para ser malo solo hace falta que sean ciegos y sordos, para arremeter contra quien se ponga enfrente, sin importar más nada que conseguir lo que se quiere, caiga quien caiga.
Amigos, como ya me enmuiné, acá la dejo y hasta moxcla!