*La ex jefa de gobierno deja en estos momentos muy atrás a su más cercana (lejana) perseguidora
José de la Paz Pérez
Claudia Sheinbaum Pardo recibió, este domingo 21 de enero, la constancia de Ratificación y Declaratoria como candidata oficial de Morena, PT y PVEM, a la Presidencia de la República; esto no es noticia, como tampoco lo es que llega a esta parte de la competencia con una amplísima ventaja sobre su más cercana perseguidora… o lejana, merced a las cifras que dan casi todas las encuestadoras.
Con un discurso sobrio, serio, mostrando más una faceta como persona de Estado, que como una simple aspirante a gobernar el complejo país, México, reiteró que retomará los principios de “por el bien de todos, primero los pobres”, “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre” y “el poder sólo es virtud cuando se pone al servicio de los demás”.
No ocultó –porque no tiene por qué- ese sentimiento de orgullo por ser la heredera de los principios que ha enarbolado el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y su compromiso por seguir en la misma ruta de acción para seguir beneficiando a quienes por años fueron olvidados.
El acto tenía un ingrediente extra que suma: La Unidad. Y ahí estaban gobernadores –como Evelyn Salgado, de Guerrero-, legisladores, ex aspirantes, militantes y simpatizantes que manifestaron amplia satisfacción por su candidata.
En su discurso, Claudia demostró por qué es la candidata de las propuestas, y no de las descalificaciones; mostró liderazgo y trayectoria política en cada una de sus palabras; sabe lo que quiere para México, y lo manifiesta con conocimiento de causa: su carrera en la investigación científica y la academia le dan esa certidumbre en sus propuestas.
Como muchos ya saben, Sheinbaum Pardo ha participado en temas relacionados con el medio ambiente, la energía y el cambio climático, lo que le ha otorgado reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional. Su experiencia académica ha influido en sus políticas y decisiones en el ámbito gubernamental, como jefa de la Ciudad de México, abogando siempre por soluciones basadas en evidencia científica.
XOCHITL, ESTANCADA
Y allá, muy atrás, quedó una Xochitl Gálvez en el intento de acercarse siquiera a la morenista; se ha estancado por una serie de problemas que enfrenta la coalición que la cobija –o más bien, la descobija- conformada por el PRI, el PAN y el PRD, partido este último del cual sólo quedan las siglas, porque ni siquiera sus aliados lo toman en cuenta.
Los problemas de repartición de botín, de madruguetes en candidaturas, de poca comunicación asertiva, de golpes bajos, de desbandada de personajes priístas, entre otros, se suman a una candidata que también ha perdido la brújula y que va de tumbo en tumbo.
Uno de los errores de la también llamada Señora X, es su campaña basada en descalificaciones al presidente, Andrés Manuel López Obrador, como si él fuera su contrincante que, dicho sea de paso, si así fuera, estaría aún más debajo de las encuestas.
Es decir, de propuestas, nada.
Exacto, a Xóchitl se le olvidó por un tiempo que su rival era Claudia… y cuando se percató, cometió otro error: se la pasó retándola a un debate cuando todos saben que estos están prohibidos en esta parte del proceso, y que el INE ya tiene fechas oficiales para que se realicen sin necesidad de bravuconadas previas.
Sí, Xóchitl retaba a un debate sabiendo que legalmente no sería permitido por la autoridad electoral, pero quería hacer creer a la gente que Claudia le rehuía. No le funcionó la… ¿estrategia?
Hoy Claudia es la candidata que recibe un gran respaldo de la coalición Morena-PT-PVEM, pero lo más importante, que recibe el respaldo de una amplia mayoría votante que se la quiere jugar por la continuidad de la Cuarta Transformación, que ha mostrado una manera mucho mejor de gobernar, lo dicen las encuestas, no yo.
Xóchitl y su equipo tiene un crucigrama que descifrar si no quiere ser la candidata que haga desaparecer los registros de más de un partido de los que hoy la envían como abanderada. No lo digo yo, lo dicen las encuestas.
Quizá el lector tenga otra perspectiva de la elección en puerta, y es válida, porque hoy y siempre todo es… cuestión de enfoques.