AA: 89 años de dar certeza hacia una mejor vida


José de la Paz Pérez

Un día como hoy, hace 89 años, Bill W. y el doctor Bob S., (ambos habían sido alcohólicos desahuciados) fundaron Alcohólicos Anónimos (AA), “una comunidad de personas que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo”.

Fue en 1935, en Akron, Ohio, cuando la reunión entre Bill, un corredor de bolsa de Nueva York, y el Bob, un cirujano de Akron, se convirtió en el nacimiento de esta organización llamada "El Milagro del Siglo XX” por el Papa Juan Pablo II.

La historia es apasionante y enriquecedora, pero más importante es saber qué ha hecho AA por miles de familias en el mundo a lo largo de estas casi 9 décadas.

Bill y Bob, fundadores de Alcohólicos Anónimos


Aunque el preámbulo de AA dice: “Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad”, en realidad su alcance va mucho más allá, pues no sólo salva al enfermo alcohólico, sino que a toda su familia y algo más.

De hecho el programa es de largo, larguísimo alcance: Cuando una persona logra dejar de beber y aplicarse el programa de los 12 pasos, hay beneficios colaterales, comenzando con su familia: El dinero, producto de su trabajo, ya llega al hogar; por consecuencia, las carencias disminuyen drásticamente porque ahora sí hay para comer, para vestir, para que los hijos vayan a la escuela, etc…

Incluso ya hay salidas al parque, al cine, a comer en algún restaurante, porque ahora sí alcanza el dinero.

Y se acaban esas noches interminables de insomnio de la esposa o la madre, en las que los temores son dos principales: si llegará a pelear con la familia… o si ya no llegará porque alguna desgracia le ocurrió.

En el trabajo de los adultos, o en las escuelas de los jóvenes alcohólicos, se acaban las constantes faltas por las parrandas no sólo del fin de semana sino del diario, incluso.

Las probabilidades de accidentes en los que el alcohólico puede perder la vida, o quedar maltrecho, disminuyen.

Las relaciones con los vecinos mejoran porque ahora ya no hay sonido estridente a altas horas de la noche o de la madrugada por la parranda que el alcohólico llegó a continuar en su casa, o porque siempre ande de mal humor producto de las constantes resacas.

Todos, absolutamente todos, quienes se han beneficiado del programa de AA –que es totalmente gratuito- pueden contar historias con un común denominador: desde que llegaron, a la fecha, sus vidas han cambiado positivamente, están mucho mejor a comparación de cómo llegaron. Esto es indiscutible.

Esto y más es Alcohólicos Anónimos a 89 años de su fundación, asociación a la que hoy, millones de beneficiarios en el mundo, dan las gracias.

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